martes, 10 de marzo de 2015

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martes, 3 de marzo de 2015

"Memín y Carlos, una bella historia de amor, la más grande historia de amor jamás contada

                                      LA HISTORIA DE MEMÍN Y CARLOS

Esta es la historia de una familia muy bonita, había paz y todos se querían mucho. Eran muy felices, hasta que un día sucedió, algo muy malo, que trajo mucha tristeza a toda la casa.En esta familia vivía un papá muy bueno  y tenía dos hijos, el hijo mayor de llamaba Carlos y el menor se llamaba Memín, la mamá se había de viaje, había ido a visitar a sus padres. El papá quería muchos a sus hijos, les compraba sus juguetes, buena ropa, los llevaba a pasear al parque, a ver a los animales del zoológico, se iba a jugar fútbol con sus hijos; en fin su papá les daba todo lo que ellos le pedían conforme a su necesidad. Sus hijos lo amaban mucho  y por eso le obedecían en todo lo que su papá les mandase.


Un día su papá se fue de compras, y en una tienda vió un angelito de cristal muy bonito, tenía sus alas muy grandes y estaban extendidas, cuando lo vió dijo: “¡Qué bonito angelito! Lo voy a comprar, será un bonito adorno para la casa.”  Fue y preguntó cuánto era lo que costaba, la señorita de la tienda le dijo que costaba mucho dinero, y que si tenía hijos pequeños podían romperlo, porque era de un material muy fino y delicado, él dijo que no, que sus hijos eran muy obedientes, que ellos no iban a romper nada. Entonces sacó todo el dinero que tenía, para comprar el angelito, y se fue muy contento sabiendo que sus hijos, lo iban a cuidar y que nada malo iba a pasar.


ANGELITO DE CRISTAL

Cuando llega a su casa, sus hijos lo reciben muy contento, lo abrazan, lo besan, Memín como era muy chiquito se le cuelga de su cuello, entonces su papá les muestra lo que había comprado en la tienda y les dice: “Hijos míos, yo los quiero mucho, yo les amo, yo les compro todo lo que ustedes me piden, y hasta ahora nada les ha faltado, y ustedes por el amor que me tienen siempre me han obedecido, por eso siempre hemos sido felices. Ahora quiero pedirles que me obedezcan en lo que voy a decirles, este angelito me ha costado mucho dinero, por él  he pagado todo el dinero que tenía; porque es de cristal y si se golpea se podría romper, por lo tanto yo lo voy a poner  encima de la mesita que esta al centro de la sala y a partir de ahora ustedes ya no van a jugar en la sala, pueden jugar en el patio, porque si juegan en la sala, podrían golpear al angelito, y éste podría romperse y si el angelito se rompe, yo voy a castigar al culpable. Ustedes saben que yo cumplo todo lo que digo, cuando les prometo que les voy a comprar lo que ustedes me piden yo lo cumplo, así cumpliré el castigo que he dicho si el angelito se rompe, porque soy un hombre justo que cumplo con mi palabra.
Entonces Carlos dice: “Esta bien papi, como siempre te vamos a obedecer en todo, además ese angelito está muy bonito papi, brilla como si fuera un ángel de verdad, nadie lo va a romper.” Memín también dice lo mismo: “No papito lindo, nosotros no vamos a romper nada, además ese angelito, tiene alas muy grandes, parece que estuviera a punto de volar, vete a trabajar tranquilo que nosotros lo vamos a cuidar muy bien”. Entonces su papá se va trabajar contento, confiando que sus hijos iban a respetar sus órdenes.

Un día, mientras Memín y Carlos estaban jugando pelota en el patio de la casa, la pelota entra por accidente a la sala, Memín le dice a Carlos: “No te preocupes Carlos que yo lo voy a recoger.” Memín entra a la sala y ve por allí un soldado de juguete que él no guardó en su caja, y se puso a jugar con el juguete, se olvidó que su papá le había prohibido jugar en la sala; en eso Carlos le dice: ¡“Memín, pásame la pelota”! Memín agarra la pelota  y en lugar de sacarla con la mano, lo pone en el suelo, retrocede uno, dos tres pasos y avanza rápidamente y patea la pelota con todas sus fuerzas, como Memín era medio chueco del pie derecho, cuando pateó la pelota salió disparada y en lugar de salir por la puerta, fue directamente al centro de la sala, donde estaba el angelito y cayó en medio de él. El angelito se hizo mil pedazos, sus alas y su cara se le quebraron totalmente. Pobre angelito, no quedo nada de él, tan bonito que era.
Carlos al oír el ruido, entra rápidamente a la sala, y dice: “Memín, ¿Qué has hecho? Debías de haber traído la pelota con las manos, ¡Has roto el angelito! ahora nuestro padre te va castigar, tú sabes que es él es muy bueno y que él cumple todo lo dice, debías de haber obedecido los mandamientos que nos dejó de no jugar en la sala.”  Memín, estaba paralizado por el temor que tenía, al saber que su padre lo iba castigar por romper el angelito. Estaba sudando frío. Cuando de pronto, tocan la puerta y la abren, era su papá y cuando entra, él espera que sus hijos lo reciban con cariño, como siempre lo hacen, pero no los ve , se había roto la armonía y la paz del hogar y toda la casa estaba en conflicto a causa de la desobediencia de Memín.


Su papá los comienza a buscar, lo ve a Carlos parado, muy serio y como si estuviese asustado su papá le dice:”Carlos, qué les pasa, por qué no han venido a recibirme como siempre lo hacen y tú Memín, que haces allí temblando como un pajarito en medio de la lluvia” En eso su papá ve el angelito destrozado, su corazón se pone muy triste, pero también se llena de cólera, al ver que sus hijos quebrantaron la ley que él les dejo, les dice: “Hijos míos, yo les amo, yo les quiero mucho, y siempre les he dado todo lo que ustedes necesitan y nunca les ha faltado nada, ¿por qué tenían que desobedecerme?, antes teníamos paz y éramos felices y ahora por desobedecerme en ustedes solo hay miedo y angustia y yo me siento muy enojado. Yo les dije que no jueguen en la sala y no me escucharon. ¿Quién fue el qué rompió el angelito?       
Memín levanta las manos y dice: “Fui yo, fue sin querer, queriendo”  Entonces su papá le   dice: ¡“Ven para acá Memín, tú sabes lo que yo voy a ser contigo”!  Memín se acerca a su papá, temblando y casi a punto de llorar; su papá se saca correa que tenía en la cintura, levanta su brazo para castigarlo.

EL PAPÁ VA A CASTIGAR A MEMÍN

Entonces Carlos avanza  rápidamente y se pone en medio de Memín y su papá  y le dice: “Padre, yo se que tú eres un hombre justo, que cumples todo lo dices, que tienes que castigar a Memín, por haber desobedecido tu palabra, pero quiero pedirte, que perdones a Memín y en lugar de castigarlo a él, castígame a mí, en su lugar. Perdona a Memín, padre, porque él era muy pequeño y no sabía lo que hacía.”     
Su papá le dice: “No Memín rompió el angelito y a él tengo que castigarlo”, pero Carlos vuelve a decirle: “Papá, yo se que estas muy enojado y muy molesto, pero, yo te pido que te desahogues conmigo, ejecuta en mí, tus santos juicios, cumple tu palabra, castígame a mí, por el pecado de Memín, yo no te pido que faltes a tu palabra, tienes que castigar a alguien por haberte desobedecido, por eso me ofrezco voluntariamente, para pagar por la desobediencia de tu pequeño hijo. Perdona a Memín, porque él era muy pequeño y no sabía lo que hacía”. Su papá al ver la decisión y voluntad de Carlos, respetando la determinación de su hijo mayor  levantó la correa en dirección de Carlos, y lo castigó severamente. Memin se sintió muy contento y agradecido con Carlos y le prometió que nunca más volvería a desobedecer. La paz volvió al hogar, y vivieron muy felices el resto de sus días.                                                                               
                                                                  AMÉN
                       

                              LO QUE REPRESENTAN  EL PAPA, MEMÍN Y CARLOS:                                                            

EL PAPÁ, representa a nuestro Padre Celestial, El es un Padre bueno y da sus leyes y mandamientos para que sus hijos sean felices y vivan para siempre en el Reino de Dios.
Deuteronomio 5 y 6: "Cumplan mis mandamientos para que le vaya bien y sean felices" 

CARLOS, representa a nuestro Señor Jesús, quien recibió los azotes y el castigo para librarnos del fuego eterno, a la cual iban a ir todos los pecadores. Isaías 53:5y 6: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; él soporto el castigo, para  tener paz con Dios.” “Jehová cargó en Él, el pecado de todos nosotros”.                                         

 MEMÍN, nos representa a todos nosotros, pequeños y grandes, nosotros debíamos de haber muerto en la cruz por nuestros pecados, debíamos de haber sido azotado por nuestra desobediencia, toda desobediencia, hasta una pequeña mentira, ya es pecado, y por eso Dios tendría que castigarnos mucho, pero si le pedimos al Padre que nos perdone, El es fiel y justo para perdonarnos, porque Carlos que representa a Jesús, soporto el castigo, para que Dios pueda perdonarnos y vivir para siempre con Él.
                         



   Dios los bendiga y los guarde y reciban a Jesús, como su Señor y Salvador personal.