LA HISTORIA DE MEMÍN Y CARLOS
Esta es la historia de una familia muy bonita,
había paz y todos se querían mucho. Eran muy felices, hasta que un día sucedió,
algo muy malo, que trajo mucha tristeza a toda la casa.En esta familia vivía un papá muy
bueno y tenía dos hijos, el hijo mayor
de llamaba Carlos y el menor se llamaba Memín, la mamá se había de viaje, había
ido a visitar a sus padres. El papá quería muchos a sus hijos, les compraba sus
juguetes, buena ropa, los llevaba a pasear al parque, a ver a los animales del
zoológico, se iba a jugar fútbol con sus hijos; en fin su papá les daba todo lo
que ellos le pedían conforme a su necesidad. Sus hijos lo amaban mucho y por eso le obedecían en todo lo que su papá
les mandase.
Un día su papá se fue de compras, y en una
tienda vió un angelito de cristal muy bonito, tenía sus alas muy grandes y estaban
extendidas, cuando lo vió dijo: “¡Qué bonito angelito!
Lo voy a comprar, será un bonito adorno para la casa.” Fue y preguntó cuánto era lo que costaba, la
señorita de la tienda le dijo que costaba mucho dinero, y que si tenía hijos
pequeños podían romperlo, porque era de un material muy fino y delicado, él
dijo que no, que sus hijos eran muy obedientes, que ellos
no iban a romper nada. Entonces sacó todo el dinero que tenía, para comprar el
angelito, y se fue muy contento sabiendo que sus hijos, lo iban a cuidar y
que nada malo iba a pasar.
Cuando llega a su casa, sus hijos lo reciben muy contento, lo abrazan, lo
besan, Memín como era muy chiquito se le cuelga de su cuello, entonces su papá
les muestra lo que había comprado en la tienda y les dice: “Hijos míos, yo los
quiero mucho, yo les amo, yo les compro todo lo que ustedes me piden, y hasta ahora nada les ha faltado, y ustedes por el amor
que me tienen siempre me han obedecido, por eso siempre hemos sido felices.
Ahora quiero pedirles que me obedezcan en lo que voy a decirles, este angelito
me ha costado mucho dinero, por él he
pagado todo el dinero que tenía; porque es de cristal y si se golpea se podría romper,
por lo tanto yo lo voy a poner encima de
la mesita que esta al centro de la sala y a partir de ahora ustedes ya no van a
jugar en la sala, pueden jugar en el patio, porque si juegan en la sala, podrían
golpear al angelito, y éste podría romperse y si el angelito se rompe, yo voy a
castigar al culpable. Ustedes saben que yo cumplo todo lo que digo, cuando les
prometo que les voy a comprar lo que ustedes me piden yo lo cumplo, así
cumpliré el castigo que he dicho si el angelito se rompe, porque soy un hombre justo
que cumplo con mi palabra.
Entonces Carlos dice: “Esta bien papi, como siempre
te vamos a obedecer en todo, además ese angelito está muy bonito papi, brilla
como si fuera un ángel de verdad, nadie lo va a romper.” Memín también dice lo
mismo: “No papito lindo, nosotros no vamos a romper nada, además ese angelito,
tiene alas muy grandes, parece que estuviera a punto de volar, vete a trabajar
tranquilo que nosotros lo vamos a cuidar muy bien”. Entonces su papá se va
trabajar contento, confiando que sus hijos iban a respetar sus órdenes.
Un día, mientras Memín y Carlos estaban
jugando pelota en el patio de la casa, la pelota entra por accidente a la sala,
Memín le dice a Carlos: “No te preocupes Carlos que yo lo voy a recoger.” Memín
entra a la sala y ve por allí un soldado de juguete que él no guardó en su
caja, y se puso a jugar con el juguete, se olvidó que su papá le había
prohibido jugar en la sala; en eso Carlos le dice: ¡“Memín, pásame la pelota”! Memín
agarra la pelota y en lugar de sacarla
con la mano, lo pone en el suelo, retrocede uno, dos tres pasos y avanza
rápidamente y patea la pelota con todas sus fuerzas, como Memín era medio chueco
del pie derecho, cuando pateó la pelota salió disparada y en lugar de salir por
la puerta, fue directamente al centro de la sala, donde estaba el angelito y cayó
en medio de él. El angelito se hizo mil pedazos, sus alas y su cara se le
quebraron totalmente. Pobre angelito, no quedo nada de él, tan bonito que era.
Carlos al oír el ruido, entra rápidamente a la
sala, y dice: “Memín, ¿Qué has hecho? Debías de haber traído la pelota con las
manos, ¡Has roto el angelito! ahora nuestro
padre te va castigar, tú sabes que es él es muy bueno y que él cumple todo lo
dice, debías de haber obedecido los mandamientos que nos dejó de no jugar en la
sala.” Memín, estaba paralizado por el
temor que tenía, al saber que su padre lo iba castigar por romper el angelito.
Estaba sudando frío. Cuando de pronto, tocan la puerta y la abren, era su papá
y cuando entra, él espera que sus hijos lo reciban con cariño, como siempre
lo hacen, pero no los ve , se había roto la armonía y la paz del hogar y toda
la casa estaba en conflicto a causa de la desobediencia de Memín.
Su papá los comienza a buscar, lo ve a Carlos
parado, muy serio y como si estuviese asustado su papá le dice:”Carlos, qué les
pasa, por qué no han venido a recibirme como siempre lo hacen y tú Memín, que
haces allí temblando como un pajarito en medio de la lluvia” En eso su papá ve
el angelito destrozado, su corazón se pone muy triste, pero también se llena de
cólera, al ver que sus hijos quebrantaron la ley que él les dejo, les dice:
“Hijos míos, yo les amo, yo les quiero mucho, y siempre les he dado todo lo que
ustedes necesitan y nunca les ha faltado nada, ¿por qué tenían que desobedecerme?,
antes teníamos paz y éramos felices y ahora por desobedecerme en ustedes solo hay miedo y angustia y yo me siento muy enojado. Yo les dije que no jueguen en
la sala y no me escucharon. ¿Quién fue el qué rompió
el angelito?
Memín
levanta las manos y dice: “Fui yo, fue sin querer, queriendo” Entonces su papá le dice: ¡“Ven para acá Memín, tú sabes lo que
yo voy a ser contigo”! Memín se acerca a
su papá, temblando y casi a punto de llorar; su papá se saca correa que tenía
en la cintura, levanta su brazo para castigarlo.
Entonces Carlos avanza rápidamente y se pone en medio de Memín y su papá y le dice: “Padre, yo se que tú eres un hombre justo, que cumples todo lo dices, que tienes que castigar a Memín, por haber desobedecido tu palabra, pero quiero pedirte, que perdones a Memín y en lugar de castigarlo a él, castígame a mí, en su lugar. Perdona a Memín, padre, porque él era muy pequeño y no sabía lo que hacía.”
EL PAPÁ VA A CASTIGAR A MEMÍN |
Entonces Carlos avanza rápidamente y se pone en medio de Memín y su papá y le dice: “Padre, yo se que tú eres un hombre justo, que cumples todo lo dices, que tienes que castigar a Memín, por haber desobedecido tu palabra, pero quiero pedirte, que perdones a Memín y en lugar de castigarlo a él, castígame a mí, en su lugar. Perdona a Memín, padre, porque él era muy pequeño y no sabía lo que hacía.”
Su papá le dice: “No Memín rompió el
angelito y a él tengo que castigarlo”, pero Carlos vuelve a decirle: “Papá, yo
se que estas muy enojado y muy molesto, pero, yo te pido que te desahogues
conmigo, ejecuta en mí, tus santos juicios, cumple tu palabra, castígame a mí,
por el pecado de Memín, yo no te pido que faltes a tu palabra, tienes que
castigar a alguien por haberte desobedecido, por eso me ofrezco
voluntariamente, para pagar por la desobediencia de tu pequeño hijo. Perdona a
Memín, porque él era muy pequeño y no sabía lo que hacía”. Su papá al ver la
decisión y voluntad de Carlos, respetando la determinación de su hijo
mayor levantó la correa en dirección de
Carlos, y lo castigó severamente. Memin se sintió muy contento y agradecido con
Carlos y le prometió que nunca más volvería a desobedecer. La paz volvió al
hogar, y vivieron muy felices el resto de sus días.
AMÉN
LO QUE REPRESENTAN EL PAPA, MEMÍN Y CARLOS:
EL PAPÁ, representa a nuestro Padre Celestial, El es un Padre bueno y da sus leyes y mandamientos para que sus hijos sean felices y vivan para siempre en el Reino de Dios.
Deuteronomio 5 y 6: "Cumplan mis mandamientos para que le vaya bien y sean felices"
CARLOS, representa a nuestro
Señor Jesús, quien recibió los azotes y el castigo para librarnos del fuego
eterno, a la cual iban a ir todos los pecadores. Isaías 53:5y 6: “Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; él soporto el
castigo, para tener paz con Dios.”
“Jehová cargó en Él, el pecado de todos nosotros”.
MEMÍN, nos representa a todos
nosotros, pequeños y grandes, nosotros debíamos de haber muerto en la cruz por
nuestros pecados, debíamos de haber sido azotado por nuestra desobediencia,
toda desobediencia, hasta una pequeña mentira, ya es pecado, y por eso Dios
tendría que castigarnos mucho, pero si le pedimos al Padre que nos perdone, El
es fiel y justo para perdonarnos, porque Carlos que representa a Jesús, soporto el
castigo, para que Dios pueda perdonarnos y vivir para siempre con Él.
Dios los bendiga y los guarde y reciban a
Jesús, como su Señor y Salvador personal.
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