viernes, 24 de octubre de 2014

Las arras de nuestra herencia

LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 22 DE OCTUBRE DEL 2014
Efesios 1:13-14
"En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuistes sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria"
*** Recordemos que la mención de la expresión "EN ÉL", nos mantiene dentro de esa esfera (la bolsa gestacional, la bóveda de seguridad), y todo lo que ella involucra como los valores inherentes a la gracia (alfa y omega del accionar redentivo que tiene como objetivo el reino), y que Pablo intenta sintetizar con esta enseñanza en la primera parte de esta epístola, queriendo hacernos conscientes de la obra divina en un sentido amplio y completo.
*** (Ef.1:13) "En él, también vosotros". Pablo pasa del aspecto relacionado con el pueblo elegido, a la inclusión de aquellos que no pueden ser omitidos por los que ministran la gracia, sabiéndolos parte de este panorama histórico-profético, reconociéndoles los mismos derechos que aquéllos que recibieran de primera mano esta información de valor eternal. ¿Cómo pasó eso?
*** "Habiendo oído la palabra de verdad". Recordemos que "la fe viene por el oír y el oír...la palabra de verdad", y cuando ésta se hace patente, halla su expresión en los labios de quienes han creído, porque ha hallado cabida en sus corazones para morar en los tales, y expresarse abiertamente.
*** "El evangelio de vuestra salvación". No hay otro evangelio que éste, el cual nos ministra la salvación como un hecho divinal que tiene en la Gracia su expresión más distintiva: Las Buenas Nuevas de Salvación.
*** "Y habiendo creído en él". Aquí está el método por el cual las realidades divinas se hacen sólidas, dejando de ser información de arriba para convertirse en confesión de boca, y acción fedataria, que confirma lo que llevamos dentro, o de la "fe que obra por el amor" (Gá.5:6); o como refiere Santiago: "Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Stg.2:17).
*** "Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa". La promesa hecha a Abraham: que sería heredero del mundo (Ro.4:13); y que en él serían benditas todas las naciones o familias de la tierra (Gn.12:3b), exigía un sello de garantía venido de arriba, y el ser investidos de poder por el Espíritu Santo ratificó ese hecho, habiendo sido llenados del poder de Dios en el Aposento alto (esta experiencia no es hereditaria, sino que implica la necesidad de una bendición tan personal como lo es la confesión de salvación), viéndose ratificada por la fusión célico-pedestre al momento que recibimos el sello de la promesa, haciéndonos uno con él en el plano experimental.
*** (Ef.1:14) Las arras (prenda, prima) de nuestra herencia nos son dadas para GARANTIZAR LA PLENITUD DE LO QUE SE ALCANZARÁ POR GRACIA. Las arras del pretendiente se inician con las palabras : No temas (Jn.14:1-3); trazando una línea de seguridad que su promesa se cumplirá a cabalidad. "La dote", sirve hasta que él retorne por la desposada en el momento en que la morada para ambos esté preparada, y los dos años de espera de la Novia (tipo y sombra de los dos mil años de gracia que nos llevan "ad portas" del reino), se hayan cumplido para ser recogida y llevada a donde el Esposo está, uniéndose con él como lo están el propiciatorio y el arca del pacto en un plano triple: Sustentada por Dios; Santificada con Dios; Resucitada con Dios (simbolizados por el maná escondido, las tablas de la ley; la vara de Aarón que reverdeció). Esta es la más grande historia jamás contada, "para alabanza de la gloria de su Gracia".
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/10/2014

No hay comentarios.:

Publicar un comentario