LIMA - PERÚ DOMINGO 07 DE SETIEMBRE DEL 2014
Gálatas 4:1-2
"Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre".
*** Tras revelar el plano de la herencia en un sentido histórico y profético, el apóstol se detiene a hacer unas observaciones acerca del nivel de los herederos, quienes tienen que entender su necesidad de alcanzar una talla que los califique como tales, poseyendo una identidad acorde con sus privilegios. Así como la vida humana va desarrollándose por etapas: Infancia, niñez, prepubertad, pubertad, adolescencia, etc.; nuestra vida espiritual tiene también sus fases, y aunque el nacimiento dentro de la familia de Dios, postula tu posición de hijo entre muchos otros, y te hace un príncipe, tienes que alcanzar un grado de madurez ideal para constituirte en un HEREDERO FORMAL, y quien señala el dictamen sobre el particular es el padre de familia, estableciendo quién lo sucederá en sus labores y gobernará en su lugar. De la dependencia, pasaremos al protagonismo, y de éste, a la gobernación, cuando demos la talla para ello. Jabob desplazó a Rubén por pervertido e incestuoso, a Simeón y Leví, por precipitados y furiosos, y le dio a Judá, su cuarto hijo el traer al Mesías Príncipe por su naturaleza redentora (Gn.44:18-34); y le asignó a José el derecho de la primogenitura, dándole dos partes de la heredad (Gn.48:21-22). Que ello nos muestre la divina benevolencia, y la sabiduría en la elección. Por orden de nacimiento había un lógico heredero; por la elección divina, las cosas pueden variar del modo más insólito. Que tu fluir apunte a la elección divinal; y no a lo ritual.
*** La niñez o inmadurez del heredero, nos permite verlo a la altura de un esclavo, pues su sentido de la herencia no es algo que motive sus pensamientos e intentos, manteniendo su puerilidad o trivialidad sobre la vida y sus sazones. Si bien es señor de todo, sus funciones no están en ejercicio hasta que haya alcanzado el nivel ideal para mantener en alto su hacienda, negocio, riquezas, poder o posesiones; siendo una locura poner en sus manos todo ello tan tempranamente. Mientras que no haya una consciencia ideal en la mente y el corazón del futuro heredero, no le es permitido administrar los bienes, ya que ello tendría resultados catastróficos, mostrando la torpeza de quien lo eligió y permitió, y la probada insolvencia de quien aún no ha llegado al nivel de un heredero conforme a la voluntad de Dios Padre.
*** (Gá.4:2) Los tutores y los curadores son siervos utilizados para el desarrollo de todo el potencial del menor que heredará al Padre. Ellos son sus maestros, sus instructores, sus formadores, sus entrenadores, sus preceptores, sus profesores y educadores, habituando al niño a una forma de vida que lo haga crecer a la sazón determinada por su progenitor. Mientras los tutores lo van formando intelectual y físicamente para alcanzar un nivel ideal de plenitud según el pensamientro del Padre (Ef.4:11-13); los curadores se encargan de reparar los déficits y mitigar los dolores que causan las heridas durante el entrenamiento (como lo hace un superior con sus reclutas en etapa de aprendizaje, dándoles las pautas e indicaciones para paliar sus dolencias, aliviar sus penas, y subsanar sus fallas hasta el logro de la excelencia). El entrenamiento no se detiene hasta que el padre se siente satisfecho de la pericia y habilidad adquirida por su futuro heredero, marcando los tiempos y sazones que él pone en su sola potestad. El examen o prueba a que es sometida una persona para conocer su idoneidad, ha de satisfacer a plenitud al padre, quien calificará si el heredero ya tiene la talla ideal (hablamos del pleno desarrollo hasta alcanzar la excelencia), o si aún hay que hacer algunos ajustes o disponer una nueva etapa hasta que el padre asuma entregarle la ciudadanía al hijo, haciéndolo plenamente responsable de sus palabras y hechos. No es lo mismo el cumplimiento de un ciclo, a un estado de total madurez en el plano del entrenamiento., Dios requiere esto último para asimilarnos al ministerio utilitario.
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/09/20
Gálatas 4:1-2
"Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre".
*** Tras revelar el plano de la herencia en un sentido histórico y profético, el apóstol se detiene a hacer unas observaciones acerca del nivel de los herederos, quienes tienen que entender su necesidad de alcanzar una talla que los califique como tales, poseyendo una identidad acorde con sus privilegios. Así como la vida humana va desarrollándose por etapas: Infancia, niñez, prepubertad, pubertad, adolescencia, etc.; nuestra vida espiritual tiene también sus fases, y aunque el nacimiento dentro de la familia de Dios, postula tu posición de hijo entre muchos otros, y te hace un príncipe, tienes que alcanzar un grado de madurez ideal para constituirte en un HEREDERO FORMAL, y quien señala el dictamen sobre el particular es el padre de familia, estableciendo quién lo sucederá en sus labores y gobernará en su lugar. De la dependencia, pasaremos al protagonismo, y de éste, a la gobernación, cuando demos la talla para ello. Jabob desplazó a Rubén por pervertido e incestuoso, a Simeón y Leví, por precipitados y furiosos, y le dio a Judá, su cuarto hijo el traer al Mesías Príncipe por su naturaleza redentora (Gn.44:18-34); y le asignó a José el derecho de la primogenitura, dándole dos partes de la heredad (Gn.48:21-22). Que ello nos muestre la divina benevolencia, y la sabiduría en la elección. Por orden de nacimiento había un lógico heredero; por la elección divina, las cosas pueden variar del modo más insólito. Que tu fluir apunte a la elección divinal; y no a lo ritual.
*** La niñez o inmadurez del heredero, nos permite verlo a la altura de un esclavo, pues su sentido de la herencia no es algo que motive sus pensamientos e intentos, manteniendo su puerilidad o trivialidad sobre la vida y sus sazones. Si bien es señor de todo, sus funciones no están en ejercicio hasta que haya alcanzado el nivel ideal para mantener en alto su hacienda, negocio, riquezas, poder o posesiones; siendo una locura poner en sus manos todo ello tan tempranamente. Mientras que no haya una consciencia ideal en la mente y el corazón del futuro heredero, no le es permitido administrar los bienes, ya que ello tendría resultados catastróficos, mostrando la torpeza de quien lo eligió y permitió, y la probada insolvencia de quien aún no ha llegado al nivel de un heredero conforme a la voluntad de Dios Padre.
*** (Gá.4:2) Los tutores y los curadores son siervos utilizados para el desarrollo de todo el potencial del menor que heredará al Padre. Ellos son sus maestros, sus instructores, sus formadores, sus entrenadores, sus preceptores, sus profesores y educadores, habituando al niño a una forma de vida que lo haga crecer a la sazón determinada por su progenitor. Mientras los tutores lo van formando intelectual y físicamente para alcanzar un nivel ideal de plenitud según el pensamientro del Padre (Ef.4:11-13); los curadores se encargan de reparar los déficits y mitigar los dolores que causan las heridas durante el entrenamiento (como lo hace un superior con sus reclutas en etapa de aprendizaje, dándoles las pautas e indicaciones para paliar sus dolencias, aliviar sus penas, y subsanar sus fallas hasta el logro de la excelencia). El entrenamiento no se detiene hasta que el padre se siente satisfecho de la pericia y habilidad adquirida por su futuro heredero, marcando los tiempos y sazones que él pone en su sola potestad. El examen o prueba a que es sometida una persona para conocer su idoneidad, ha de satisfacer a plenitud al padre, quien calificará si el heredero ya tiene la talla ideal (hablamos del pleno desarrollo hasta alcanzar la excelencia), o si aún hay que hacer algunos ajustes o disponer una nueva etapa hasta que el padre asuma entregarle la ciudadanía al hijo, haciéndolo plenamente responsable de sus palabras y hechos. No es lo mismo el cumplimiento de un ciclo, a un estado de total madurez en el plano del entrenamiento., Dios requiere esto último para asimilarnos al ministerio utilitario.
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/09/20
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