sábado, 6 de septiembre de 2014

¿QUIÉN OS FACINÓ?

LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 27 DE AGOSTO DEL 2014

Gálatas 3:1-2

"¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente ante vosotros como crucificado? Esto sólo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu Santo por las obras de la ley, o por el oír con fe?

*** El clamor paulino, es debido al escaso margen de cordura en cuanto al plano espiritual oportuno. El apóstol parece no dar crédito a lo que sus ojos ven y sus oídos oyen de la gente de Galacia, quienes habían sido instruidos en conformidad con la sana doctrina en su exacta dimensión. El trabajo de los perturbadores tuvo un resultado impresionante, "leudando" la mentalidad gálata, y cambiando sutilmente el sentido de la gracia pura, por una "gracia legalmente asistida", que acabaría esclavizando al pueblo de Dios a un yugo opresor, una prisión mental y una debacle espiritual total; reactivando la muerte donde debiera gobernar la vida, anulándolos en el ámbito espiritual trascendente. La palabra INSENSATO no implica locura inimputable; sino necedad y abierta resistencia a la autoridad divina en cuanto a su obrar y su propósito, trabando la santidad mediante el señorío del Señor Jesús, y postulando los logros de la justicia propia con su saldo trágico: la completa frustración: "¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado". (Ro.3:24,25b). Así, pues, desde la perspectiva legal, NO HAY SOLUCIÓN; pero no se puede negar que le hicimos la lucha, aunque hayamos perdido. Y resuena el grito de los perdedores: "Lo importante es competir", esto independientemente de los resultados (negativos al 100%).
*** "¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad?". La fascinación o embrujo es un impresionante y enrevesado juego de palabras, acciones y luces que encandilan la mente tras una quimera, o un engaño falaz; un acto de ilusionismo que engaña a los ojos y las mentes de los espectadores, haciendo parecer como real lo que se ve, sin serlo. El objetivo básico de la fascinación es evitar la intervención de la consciencia como el ente confirmador de la intuición, privándonos de la obediencia a las divinas instancias, desechando la verdad en aras de una mejor cohesión pensante del cielo y de la tierra. Lo ungido, no es sinónimo de lo lógico. lo probable, no es idéntico con lo cierto o la certeza; y la fe, no es lo mismo que la necia especulación. Así, pues, la desobediencia a la verdad es sinónimo de estar bajo un influjo, un aojo, un hechizo, un embeleco, un arrobo; y al cambiar un pensamiento por otro queda trabada la intervención divina, diluyéndose la verdad en un mar de dudas y desconciertos.
*** La visión del Cristo crucificado debía hacer notorio ante los ojos y los corazones de los gálatas la certeza de su esperanza y de su muerte al ego en una forma final, real y participable por la fe. La crucifixión de Cristo es la muerte de la naturaleza adámica, el cese del contacto con la antigua esfera creacional bajo los auspicios de la carne. La no participación de la carne, es la viabilidad del fluir espiritual, la suprema ganancia de andar en el Espíritu y despojar a la carne de su supremacía, rompiendo con los vínculos hegemónicos que antes ataran nuestras consciencias al absurdo filosófico en el que vivíamos (Ef.2:1-3).
*** (Gá.3:2) Aquí comienza a verse el reparto de las utilidades celestes, y la habilidad para ser útiles en los valores regios como una dádiva divina exenta de méritos particulares, y que solamente podía ser participada a través de la fe, o como dice Pablo: EL OÍR CON FE. Los dones, ministerios y operaciones son una necesidad corporativa para cubrir el propósito divino; y no una lista de preseas o premios para los mejores entre ellos. No eres tú quien los elige, sino el Espíritu, el Señor, y el Padre, quienes los otorgan para el crecimiento hasta la estatura y plenitud de Cristo. obrando el propósito divinal (1Co.12; Ef.4). El Espíritu Santo es el iniciador de nuestra vida espiritual con resultados para la gloria de Dios; no es una opción para algunos favoritos; sino una dotación que Dios nos concede para maximizar nuestra utilidad como hijos de Dios y miembros de su familia corporativa. Así como la fe viene por el oír, y el oír, así siguen viniendo las fases operativas celestiales para hacernos competentes en el panorama regio célico-pedestre. Continuaremos mañana.
PASTOR EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 27/08/2014

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