sábado, 13 de septiembre de 2014

ME RECIBISTEIS COMO A UN ANGEL


LIMA - PERÚ VIERNES 12 DE SETIEMBRE DEL 2014

Gálatas 4:12-15.

"Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho. Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos".

*** (Gá.4:12a) La necesidad de emular la actitud apostólica en lo concerniente al impartir de la vida útil (dentro del panorama cristiano pertinente, y no contaminándonos al practicar los pecados habituales, culturales o tradicionales de los réprobos en cuanto a la fe), fue la forma de "comunicarse" del apóstol. Hubo misioneros en la China que se vistieron a la usanza oriental para no ser rechazados por sus atuendos occidentales; aprendieron su dialecto, idioma o lenguaje para dejarles las Escrituras en su lengua; observaran ciertas costumbres locales para poder acercarse más a los lugareños, y tener acceso a sus almas y llevarlos al Señor; eso es lo que significa "me hice como vosotros". No vayan a pensar que se dedicó a embriagarse, fumar o andar en alguna perversión que fuera clásica de aquella gente inconversa. Tal no es la referencia que Pablo hace. El fluir de Pablo era digno de emulación (Fil.4:9); y ello se constituiría en verdadera seguridad para los practicantes de la piedad en toda su manera de vivir (Fil.4:7-8).
*** (Gá.4:12b) La natural afabilidad de los habitantes de Galacia, y su línea conductual inicial para con él, arrojaba un resultado favorable para ellos, y muy dulce para él. Cuando estuve en Bogotá, Colombia, disfruté del trato deferente, amable y cariñoso de mis hermanos allá (Saludos para el Pastor José Urquijo, la hna. Lucía y su esposo, María Antonia, Andrea, Laura Sofía, David, el Hno. Salamanca...y los demás, a quienes amo en el Señor y recuerdo con mucho cariño hasta hoy, diez años después de mi visita a su bello país), preciosa gente de Dios que tan bien y generosamente nos tratara, y nos diera cabal testimonio de lo que es el amor fraternal.
*** (Gá.4:13) Pablo no llegó a la región de Galacia en el más óptimo estado de salud, sino en medio de una gran prueba física (algunos creen que era la oftalmía, que era una inflamación en los ojos que hacía aparecer legañas, un humor cuajado en los párpados y en los ángulos de la abertura del ojo, en abundancia, causando una repulsiva apariencia que hubiera hecho imposible la comunión con los gálatas) pero que, sin embargo, no impidió a Pablo como portador del mensaje divino, haciendo su labor misional con un éxito pasmoso, y lo que hubiera significado para algunos un impedimento ministerial para ser útil en aquella "zona de descanso médico", no arredró a Pablo, quien pasara por encima de las circunstancias, de su desagradable apariencia y de su mala condición, y ministrara la vida de Dios por el Evangelio de la gracia, alcanzando a la gente de la región con la Palabra de Dios.
*** (Gá.4:14) La disposición de los gálatas para recibir la ministración apostólica nos parece increíble ¿Cómo hizo Dios esto? ¡No lo sé! Pero era tal la unción con la que Pablo predicara, y la disposición que puso Dios a la gente de Galacia para estar atentos al Evangelio, que ello resultó en una inesperada "química" fundiendo en uno al predicador y sus oyentes, quienes oyeran las palabras de gracia en el mejor de los ánimos, mirando más allá de lo evidente, y viendo, no un hombre enfermo con un déficit físico, sino a un "ángel de Dios", un mensajero celestial que lo llenara todo con la Gracia divinal, y les mostrara la bondad de Dios para con ellos y con todos, fundándose la Iglesia en ese espíritu,
*** (Gá.4:15) La satisfacción de un tiempo atrás, ya no era la característica que adornara a los hermanos de Galacia. Y aquellos que se hubieran despojado gustosamente de todo lo que poseyeran (y aquí Pablo apunta al problema físico que padecía), ya no tenían la misma actitud hacia el ministro y a su mensaje, habiéndose leudado el corazón de estos hermanos con el legalismo y el luto religioso que torna en inoperativos los principios divinos al combinarlos necia y torpemente, deteniendo la marcha a la gloria, derrotando el empuje inicial, y llevándolos a la susceptibilidad, hiriendo su orgullo al decirles que la gloria propia de nada valía, que sus méritos personales eran sin valor para la obra redentora, y que estaban rumbo a la condenación al no poder agradar a Dios. Un Pablo más saludable nos hará una pregunta que no podremos evadir, y que nos coacta a dar una respuesta...
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 12/09/2014

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