LIMA - PERÚ MARTES 18 DE NOVIEMBRE DEL 2014
Efesios 4:1-2
"Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor"
*** Los primeros tres capítulos tuvieron la carga apostólica por mostrarnos las cosas espirituales en su exacta dimensión:
(I) El panorama de la bendición divinal, que nos hiciera conocer la naturaleza de la misma, y nuestra posición en calidad de hijos de Dios (1:3).
(II) La elección en la eternidad pasada, y nuestra predestinación como hijos asimilados al plano relacional con la santificación en su presencia, siendo Jesus el obligado nexo según su expresa voluntad (1:4-5).
(III) La gracia divina celebrada por toda la creación. Nuestro plano de aceptación en el Amado (título mesiánico) (1:6).
(IV) Nuestro rescate, y su costo operacional redentivo exaltando las riquezas de su gracia (1:7).
(V) La sobreabundancia que sólo es captada en el plano sobrenatural (1:8)... y así sucesivamente.
*** El capítulo 2 nos concientizó de nuestra salvación por gracia y de la salvación de los gentiles, uniendo a los tales con los judíos en una sola familia mediante la cruz.
*** El capítulo 3 nos relata cómo Pablo fue llamado a este apostolado peculiar que abarcaría dos mil años de gracia, y la forja de la Iglesia como la Familia de Dios. Tras hacernos conocer el deseo de Dios de que alcancemos plenitud por el conocimiento espiritual, nos invita a participar de los trabajos divino-humanos en la forja de su Novia, la Iglesia, como la directa participante de su gloria, cuyo loor coronaría las edades.
*** Al ingresar al capítulo 4, Pablo nos revela la necesidad de trabajar ese llamamiento que nos lleva a la gloria con la seguridad de una bóveda, el compromiso de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para cubrir el propósito para el cual fueran todas las cosas creadas, ubicadas en las edades, y establecidas como un hecho trascendente.
***Si en los primeros capítulos fuimos sentados con el Señor para recibir la información y la bendición, y conocer a cabalidad lo que somos, tenemos y podemos; en este capitulo, se nos exhortará al continuo accionar mediante el llamado al ANDAR (marchar hacia, conquistar, prevalecer, apoderarse de, tomar posesión). Todo nuestro entrenamiento anterior apuntaba a esto que se nos menciona hoy, la actividad miliciana en el contexto de nuestra vocación (algo que Dios nos imprime al llamarnos, enseñarnos, equiparnos y ungirnos, consolidándonos, para luego enviarnos a lograr el objetivo: Restituir el Reino).
*** (Ef.4:1) La prisión paulina es inherente al plano del servicio al que se ha comprometido, sintiéndose como un prisionero de esperanza, que se goza de ejecutar el mandato divino por el galardón que nos espera a todos los fieles, si le servimos de corazón y con un espíritu de compromiso. Su rogativa: "Os ruego", debe ser asumida como una exhortación a una marcha cadenciosa, uniforme y segura, mostrando que nuestra actitud hacia el Señor no es resignada, sino apasionada, sacando lustre a nuestro llamamiento al verse nuestra vocación o intención de ejecutar el mandato divinal hasta las últimas instancias. Las instrucciones recibidas son ahora nuestra motivación, nuestra urgencia y nuestro interés.
*** Al referir estas dos cualidades: Humildad y mansedumbre, nos advierte de las virtudes que precisaremos para el servicio a los demás: La humildad ubica a nuestros hermanos en un nivel más alto que el personal; y la mansedumbre, apunta al plano de tolerancia y disposición que hemos de tener hacia otros. Ambas características nos aparejarán para mantener un alto grado de cohesión fraternal entre nuestras filas, haciéndonos capaces no sólo de tolerar, sino de AMAR A NUESTRO PRÓJIMO, SIRVIÉNDOLE CON ESA CARACTERÍSTICA PECULIAR.
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 18/11/2014
(I) El panorama de la bendición divinal, que nos hiciera conocer la naturaleza de la misma, y nuestra posición en calidad de hijos de Dios (1:3).
(II) La elección en la eternidad pasada, y nuestra predestinación como hijos asimilados al plano relacional con la santificación en su presencia, siendo Jesus el obligado nexo según su expresa voluntad (1:4-5).
(III) La gracia divina celebrada por toda la creación. Nuestro plano de aceptación en el Amado (título mesiánico) (1:6).
(IV) Nuestro rescate, y su costo operacional redentivo exaltando las riquezas de su gracia (1:7).
(V) La sobreabundancia que sólo es captada en el plano sobrenatural (1:8)... y así sucesivamente.
*** El capítulo 2 nos concientizó de nuestra salvación por gracia y de la salvación de los gentiles, uniendo a los tales con los judíos en una sola familia mediante la cruz.
*** El capítulo 3 nos relata cómo Pablo fue llamado a este apostolado peculiar que abarcaría dos mil años de gracia, y la forja de la Iglesia como la Familia de Dios. Tras hacernos conocer el deseo de Dios de que alcancemos plenitud por el conocimiento espiritual, nos invita a participar de los trabajos divino-humanos en la forja de su Novia, la Iglesia, como la directa participante de su gloria, cuyo loor coronaría las edades.
*** Al ingresar al capítulo 4, Pablo nos revela la necesidad de trabajar ese llamamiento que nos lleva a la gloria con la seguridad de una bóveda, el compromiso de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para cubrir el propósito para el cual fueran todas las cosas creadas, ubicadas en las edades, y establecidas como un hecho trascendente.
***Si en los primeros capítulos fuimos sentados con el Señor para recibir la información y la bendición, y conocer a cabalidad lo que somos, tenemos y podemos; en este capitulo, se nos exhortará al continuo accionar mediante el llamado al ANDAR (marchar hacia, conquistar, prevalecer, apoderarse de, tomar posesión). Todo nuestro entrenamiento anterior apuntaba a esto que se nos menciona hoy, la actividad miliciana en el contexto de nuestra vocación (algo que Dios nos imprime al llamarnos, enseñarnos, equiparnos y ungirnos, consolidándonos, para luego enviarnos a lograr el objetivo: Restituir el Reino).
*** (Ef.4:1) La prisión paulina es inherente al plano del servicio al que se ha comprometido, sintiéndose como un prisionero de esperanza, que se goza de ejecutar el mandato divino por el galardón que nos espera a todos los fieles, si le servimos de corazón y con un espíritu de compromiso. Su rogativa: "Os ruego", debe ser asumida como una exhortación a una marcha cadenciosa, uniforme y segura, mostrando que nuestra actitud hacia el Señor no es resignada, sino apasionada, sacando lustre a nuestro llamamiento al verse nuestra vocación o intención de ejecutar el mandato divinal hasta las últimas instancias. Las instrucciones recibidas son ahora nuestra motivación, nuestra urgencia y nuestro interés.
*** Al referir estas dos cualidades: Humildad y mansedumbre, nos advierte de las virtudes que precisaremos para el servicio a los demás: La humildad ubica a nuestros hermanos en un nivel más alto que el personal; y la mansedumbre, apunta al plano de tolerancia y disposición que hemos de tener hacia otros. Ambas características nos aparejarán para mantener un alto grado de cohesión fraternal entre nuestras filas, haciéndonos capaces no sólo de tolerar, sino de AMAR A NUESTRO PRÓJIMO, SIRVIÉNDOLE CON ESA CARACTERÍSTICA PECULIAR.
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 18/11/2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario