LIMA - PERÚ VIERNES 15 DE AGOSTO DEL 2014
Gálatas 1:16.
"Revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre",
*** La participación del Hijo de Dios en el fuero interno del creyente, no debe asumirse meramente como presencial, sino como esencial, funcional y vivencial de modo que la vida inherente tenga una expresión, trascendiendo las esferas hasta afectar todo lo que nos rodea en el ámbito dimensional pertinente. Y esa revelación conminó al ex-fariseo de Tarso a un ministerio glorioso y fructífero. Es solamente cuando la vida de Dios es activada en tu fuero interno, que la obra divina consigue expresarse, trascendiendo del espíritu, al alma, y de ésta, al cuerpo físico, hallando su manifestación y sentido en el mundo tridimensional, afectando la baja esfera con la gloria de la de arriba. Las señales, tales como: Echar fuera demonios, hablar nuevas lenguas, asir serpientes, beber cosas mortíferas sin recibir daño; poner las manos sobre los enfermos y sanarlos; no eran sino el estándar comunicacional entre el cielo y la tierra (Mr.16:17-18). Y esa fue la forma elegida por Dios para revelar al Hijo en nosotros, y en la nación elegida.
*** Veamos en Mal.3:1. El Mensajero que prepara el Camino para el Señor es semejante al trochero o práctico que se deshace de la maleza y de los impedimentos que bloquean el paso para llegar a los corazones de los hijos, haciéndolos accesibles a los padres; y para producir desbloqueos generacionales que permitan que la comunión entre los prisioneros de esperanza, y los que les traen el mensaje, tornándolo al plano actual en calidad de posible y viable, se haga efectivo, y se accese a la perspectiva del reino que seguía adormecida en los duros corazones hebraicos, activándolos para la continuidad pertinente. El echar fuera demonios era básico para recuperar el estado de buena esperanza, y el traer las buenas nuevas de salvación por la fe en Cristo, nos permiten cazar serpientes ladinas que engañan los corazones de los herederos, que les hizo perder la perspectiva, y los envenenó con su fluir contaminante, hasta hacerles olvidar su naturaleza y su herencia, aunque no pudo evitar que un vago recuerdo vibrara en los corazones y los sentidos de los prisioneros de esperanza: Los ancianos Simeón y Ana, y el joven Natanael, representando ambas generaciones: La Anterior, y la Postrera; permitiendo que el "continuará" de las películas antiguas se unieran al HD de los filmes de hoy, lo cual es confirmado por la sentencia de Mal.4:2-6.
*** Tornando al punto. El Bautista aparejó el camino para que el Señor llegara cómodamente ante su pueblo para la restauración y reinstalación del panorama regio, retornando a Isael, y a nosotros también, al deseo original del Padre: Un Reino de reyes y sacerdotes que defenestraran al querubín caído, e interpretaran el bendito corazón y anhelo de Dios para con sus seres creados a través de la descendencia de Abraham por la fe (algo que Pablo desarrollará gloriosamente más adelante en esta epístola).
*** Y cuando eso pase, acontecerá esto que Pablo refiriera: "Manifestará a su Hijo en nosotros". Veamos: "Preparará el camino delante de mí"; es Dios el Hijo hablando (Mal.3:1a), y esto le sigue como algo que afecta a cada creyente en su experiencia personal: "Y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis" (3:1b). La venida a su templo nos habla del Nuevo Nacimiento: ELVER (Jn.3:3), lo que nos capacita para VER EL REINO, poderlo visualizar, asumirlo como real y existente, y guardado para nosotros (Los sueños de los ancianos y las visiones de los jóvenes se condensarán en la esperanza de la promesa cumplida en sus tiempos y sazones Hch.2:16-21). Este toque divino nos abre las puertas del cielo para visualizar lo que suponíamos lejano, y será Jesús quien corte de arriba abajo el velo del templo, señalándonos el acceso a Dios. Pero, faltaría algo aquí para completar el panorama espiritual a plenitud ¿qué es? "Y el Ángel del Pacto a quien deseáis vosotros" (3:1c). El Ángel del Pacto que satisface el caro anhelo del auténtico prisionero de esperanza, el poder ENTRAR AL REINO BAJO TÉRMINOS PACTUALES SÓLIDOS Y ETERNALES. Y Jesús añadirá esto al diálogo con Nicodemo: "El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios". (I) El agua, nos libra de la inmundicia del pecado y del mundo, destruyendo paulatinamente al plano idolátrico en que nos movimos (Ez.36:25), y (II) El Espíritu, esenciará nuestras existencias para poder ingresar y permanecer en aquella esfera a la que siempre pertenecimos en conformidad al orden divino, ejecutando los preceptos divinales en una forma vivencial e inalterable (Ez.36:26-27).
"HE AQUÍ VIENE, HA DICHO JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS" (3:1d). Pablo lo observa así en Col,1:27 "A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" ¡QUÉ DIOS REVELE A SU HIJO EN TI!
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/0/2014
Gálatas 1:16.
"Revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre",
*** La participación del Hijo de Dios en el fuero interno del creyente, no debe asumirse meramente como presencial, sino como esencial, funcional y vivencial de modo que la vida inherente tenga una expresión, trascendiendo las esferas hasta afectar todo lo que nos rodea en el ámbito dimensional pertinente. Y esa revelación conminó al ex-fariseo de Tarso a un ministerio glorioso y fructífero. Es solamente cuando la vida de Dios es activada en tu fuero interno, que la obra divina consigue expresarse, trascendiendo del espíritu, al alma, y de ésta, al cuerpo físico, hallando su manifestación y sentido en el mundo tridimensional, afectando la baja esfera con la gloria de la de arriba. Las señales, tales como: Echar fuera demonios, hablar nuevas lenguas, asir serpientes, beber cosas mortíferas sin recibir daño; poner las manos sobre los enfermos y sanarlos; no eran sino el estándar comunicacional entre el cielo y la tierra (Mr.16:17-18). Y esa fue la forma elegida por Dios para revelar al Hijo en nosotros, y en la nación elegida.
*** Veamos en Mal.3:1. El Mensajero que prepara el Camino para el Señor es semejante al trochero o práctico que se deshace de la maleza y de los impedimentos que bloquean el paso para llegar a los corazones de los hijos, haciéndolos accesibles a los padres; y para producir desbloqueos generacionales que permitan que la comunión entre los prisioneros de esperanza, y los que les traen el mensaje, tornándolo al plano actual en calidad de posible y viable, se haga efectivo, y se accese a la perspectiva del reino que seguía adormecida en los duros corazones hebraicos, activándolos para la continuidad pertinente. El echar fuera demonios era básico para recuperar el estado de buena esperanza, y el traer las buenas nuevas de salvación por la fe en Cristo, nos permiten cazar serpientes ladinas que engañan los corazones de los herederos, que les hizo perder la perspectiva, y los envenenó con su fluir contaminante, hasta hacerles olvidar su naturaleza y su herencia, aunque no pudo evitar que un vago recuerdo vibrara en los corazones y los sentidos de los prisioneros de esperanza: Los ancianos Simeón y Ana, y el joven Natanael, representando ambas generaciones: La Anterior, y la Postrera; permitiendo que el "continuará" de las películas antiguas se unieran al HD de los filmes de hoy, lo cual es confirmado por la sentencia de Mal.4:2-6.
*** Tornando al punto. El Bautista aparejó el camino para que el Señor llegara cómodamente ante su pueblo para la restauración y reinstalación del panorama regio, retornando a Isael, y a nosotros también, al deseo original del Padre: Un Reino de reyes y sacerdotes que defenestraran al querubín caído, e interpretaran el bendito corazón y anhelo de Dios para con sus seres creados a través de la descendencia de Abraham por la fe (algo que Pablo desarrollará gloriosamente más adelante en esta epístola).
*** Y cuando eso pase, acontecerá esto que Pablo refiriera: "Manifestará a su Hijo en nosotros". Veamos: "Preparará el camino delante de mí"; es Dios el Hijo hablando (Mal.3:1a), y esto le sigue como algo que afecta a cada creyente en su experiencia personal: "Y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis" (3:1b). La venida a su templo nos habla del Nuevo Nacimiento: ELVER (Jn.3:3), lo que nos capacita para VER EL REINO, poderlo visualizar, asumirlo como real y existente, y guardado para nosotros (Los sueños de los ancianos y las visiones de los jóvenes se condensarán en la esperanza de la promesa cumplida en sus tiempos y sazones Hch.2:16-21). Este toque divino nos abre las puertas del cielo para visualizar lo que suponíamos lejano, y será Jesús quien corte de arriba abajo el velo del templo, señalándonos el acceso a Dios. Pero, faltaría algo aquí para completar el panorama espiritual a plenitud ¿qué es? "Y el Ángel del Pacto a quien deseáis vosotros" (3:1c). El Ángel del Pacto que satisface el caro anhelo del auténtico prisionero de esperanza, el poder ENTRAR AL REINO BAJO TÉRMINOS PACTUALES SÓLIDOS Y ETERNALES. Y Jesús añadirá esto al diálogo con Nicodemo: "El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios". (I) El agua, nos libra de la inmundicia del pecado y del mundo, destruyendo paulatinamente al plano idolátrico en que nos movimos (Ez.36:25), y (II) El Espíritu, esenciará nuestras existencias para poder ingresar y permanecer en aquella esfera a la que siempre pertenecimos en conformidad al orden divino, ejecutando los preceptos divinales en una forma vivencial e inalterable (Ez.36:26-27).
"HE AQUÍ VIENE, HA DICHO JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS" (3:1d). Pablo lo observa así en Col,1:27 "A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" ¡QUÉ DIOS REVELE A SU HIJO EN TI!
PASTOR: EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/0/2014
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